Fiskales es una de esas bandas que
a todos nos ha tocado ver en vivo; temprana o tardíamente (me incluyo en este
último grupo). Si bien yo soy de una línea más “melódica” y que además en los
últimos 25 años no les haya prestado atención, me sorprende lo potente que
puede llegar a ser una banda en vivo. Si al escuchar los temas de estudio sientes
su “agresividad”, te digo que la cosa en vivo es brutal.
La gente
prende inmediatamente y muy enérgicamente desde el primer tema. Esto es quizás
lo más llamativo, no recuerdo alguna otra banda de punk nacional que tenga tan
buena respuesta; por supuesto que la mística ayuda: local pequeño, gente
apretada, cercanía física banda-espectador, nula existencia de barreras, etc… pero de
todas formas los méritos son de la banda en sí. En la escena no existe mucha interacción entre
músicos; se avanza tema tras temas con un par de miradas en caso que no sean
anunciados por su vocalista. Aunque para muchos el asunto aquí es solo punk y
actitud, me llama la atención la voz de España. Esta suena prácticamente igual
a los discos, no existe desafinación, posee tonos bajos (creo) y no es gritada.
Es más, recita algunos de los temas en vez de cantar, lo que le debe ayudar a no
esforzarse tanto.
Estos y otros fueron los factores
en juego el Viernes 7 de Diciembre en Bar la aduana, en compañía de Cirrosis y
Curasbun. Tal como se había anunciado, el repertorio incluyó al disco Fiesta de
corrido, más algunos otros clásicos como Eugenia. El sonido estuvo mucho mejor
que la última vez (quizás por la presencia de una sola guitarra. Desconozco la
ausencia de Guardabosques) además del número de personas presentes. En fin,
todo muy bien, el mejor show de Fiskales al que he asistido. Tal como me dijo
Roli: “No todas las veces se puede rendir
de la misma manera”.
Conclusión: el sudor es
proporcional a lo bien que se pasa en una tocata.
Fiskales es una de esas bandas que a todos nos ha tocado ver en vivo; temprana o tardíamente (me incluyo en este último grupo). Si bien yo soy de una línea más “melódica” y que además en los últimos 25 años no les haya prestado atención, me sorprende lo potente que puede llegar a ser una banda en vivo. Si al escuchar los temas de estudio sientes su “agresividad”, te digo que la cosa en vivo es brutal.
La gente prende inmediatamente y muy enérgicamente desde el primer tema. Esto es quizás lo más llamativo, no recuerdo alguna otra banda de punk nacional que tenga tan buena respuesta; por supuesto que la mística ayuda: local pequeño, gente apretada, cercanía física banda-espectador, nula existencia de barreras, etc… pero de todas formas los méritos son de la banda en sí. En la escena no existe mucha interacción entre músicos; se avanza tema tras temas con un par de miradas en caso que no sean anunciados por su vocalista. Aunque para muchos el asunto aquí es solo punk y actitud, me llama la atención la voz de España. Esta suena prácticamente igual a los discos, no existe desafinación, posee tonos bajos (creo) y no es gritada. Es más, recita algunos de los temas en vez de cantar, lo que le debe ayudar a no esforzarse tanto.
Estos y otros fueron los factores
en juego el Viernes 7 de Diciembre en Bar la aduana, en compañía de Cirrosis y
Curasbun. Tal como se había anunciado, el repertorio incluyó al disco Fiesta de
corrido, más algunos otros clásicos como Eugenia. El sonido estuvo mucho mejor
que la última vez (quizás por la presencia de una sola guitarra. Desconozco la
ausencia de Guardabosques) además del número de personas presentes. En fin,
todo muy bien, el mejor show de Fiskales al que he asistido. Tal como me dijo
Roli: “No todas las veces se puede rendir
de la misma manera”.Conclusión: el sudor es proporcional a lo bien que se pasa en una tocata.
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